viernes, 4 de diciembre de 2009

NO HUYAS DE QUIEN DESEA AYUDARTE JOVEN

Todo el día extendí mis manos a un pueblo rebelde, que anda por camino equivocado, en pos de sus pensamientos.
Isaías 65:2
Hay una historia muy divertida que ilustra la intensidad con la que Jesús “persigue” al ser humano. Hace algún tiempo, una estación de radio informó acerca del robo de un automóvil del modelo “escarabajo”, de la marca Volkswagen, en California. La policía montó una intensa búsqueda del vehículo y del hombre que lo robó. Hasta pusieron avisos en las estaciones de radio locales en busca de colaboración ciudadana que permitiera localizar su paradero.
La razón de tan inusual revuelo era que en el asiento delantero del vehículo robado había una caja de galletas saladas rociadas con veneno, cosa que el ladrón ignoraba. El dueño del automóvil había tenido la intención de usar las galletas como cebos para ratas. Resulta que la policía y el dueño del automóvil estaban más interesados en apresar al ladrón para salvarle la vida que para recuperar el vehículo. Desconociendo el peligro que se cernía sobre él, el ladrón huyó de quien procuraba salvarlo.
Nuestra vida sería totalmente diferente si entendiéramos todo lo que Dios hace por nosotros. Nos busca, nos persigue, desea tenernos con él para hacernos bien y regalarnos todos los dones del cielo que pidamos y podamos resistir.
Nos amó antes de que lo amáramos, nos salvó siendo sus enemigos, y ahora nos corteja por el ministerio del Espíritu Santo. Coloca trampas de gracia mediante circunstancias y situaciones, a veces molestas, para llamar nuestra atención, para que levantemos nuestra vista al cielo y así lo veamos en toda su hermosura.
Conversaba con un amigo que se apartó de la iglesia, se separó de su esposa e inició el camino del pecado. Gracias a Dios, regresó nuevamente. Llamó mi atención al decirme: «En mi desobediencia fue cuando Dios más me bendijo». Aun en nuestras transgresiones nos otorga bendiciones que ni esperábamos ni merecíamos. Lo hace no para que sigamos en desobediencia, sino para que nos apartemos del pecado.
«Aun cuando estuviéramos fascinados en nuestra iniquidad y rehusáramos oírlo, él nos busca implacablemente. Nos busca en la puerta del peligro y espera a nuestra salida. Nos busca por las ásperas colinas de nuestras aventuras juveniles. Nunca se rinde, es paciente y persistente hasta que alcanza la victoria» (Ventanas de su gracia, p. 24).
De una cosa debes estar seguro: nunca te dejará en paz; te perseguirá de mil maneras, porque te ama. Ríndete al Señor en este instante. Es la única alternativa valiosa para ti.
Que Dios te bendiga,

martes, 21 de julio de 2009

HAZ EL INTENTO

Atreverse a enfrentar grandes retos no es tan malo después de todo son esos momentos los que nos permiten conseguir las oportunidades tan preciadas para los momentos mas oportunos de nuestras vidas, hacer el intento es decirle a los demás y a nosotros mismos que somos mas capaces de lo que creemos y que ciertamente lo podemos en gran manera lograr.
Haz el intento de hacer lo que haz querido hacer, no te preocupes por los que están en derredor y por las criticas que podrás recibir.
Los grandes hombres que han triunfado a lo largo de la historia decidieron salir adelante por encima y por sobre cualquiera de las circunstancias que pudieron haber encarado en las olas intempestivas de la profunda mar y de las situaciones adversas que pudieron ahogar sus vidas, pero lo mas importante es que lo intentaron de día y de noche, con fuerzas y sin ellas, con deseo o con ganas de llorar o de rendirse, hacer el intento y los subsiguientes que sean necesarios es la mejor y mayor muestra de perseverancia y además es un indicativo que estas acortando la meta y por lo tanto el objetivo esta mucho mas cerca del día anterior.
Hacer el intento es mostrar el carácter que se ha forjado en el intelecto y en el alma de los hombres que hemos decidido no conformarnos al presente sino mirar hacia el futuro con mas y mayor optimismo y plenamente con vencidos que la lucha por llegar a la meta ha comenzado y terminara dependiendo del corazón que coloquemos en ello. No se rinda que apenas esta comenzando la carrera hacia el éxito, tome todo su arsenal y continúe una y otra vez mas, solo la constancia le permitió a la humanidad contar con grandes almas que luego de miles de intentos y oportunidades consiguieron aquel “imposible” por el que luchaban, ciertamente no fue de la noche a la mañana, pero en su momento de que fue, lo fue.

Sigue adelante y no te rindas, recuerda que si te rindes pierdes, el mayor de los éxitos para ti.

El Señor atendió a la súplica de los israelitas y les concedió la victoria sobre los cananeos, a los que destruyeron por completo, junto con sus ciudades. Números 21:3
¡No tengas miedo ni te acobardes! Toma contigo a todo el ejército, y ataquen la ciudad de Hai. Yo les daré la victoria sobre su rey y su ejército; se apropiarán de su ciudad y de todo el territorio que la rodea. Josué 8:1

jueves, 11 de junio de 2009

Fondos de pantalla Cristianos






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martes, 9 de junio de 2009

Cinco reglas de Comportamiento

Habemos muchas personas en el mundo y cada una es diferente. Y para que podamos todos convivir en armonía, unos con otros, debemos actuar como buenos cristianos, respetando a los demás, siendo amables y sobre todo respetando el gran mandamiento de amarnos unos a otros. Cuando estuvo en el mundo Cristo se comportó de una manera ejemplar e intachable y su vida nos debe servir de ejemplo, para que cada día nos parezcamos más a El.
Aquí presentamos cinco reglas para convivir con los demás y, a la vez, agradar al Señor y sentirnos bien con nosotros mismos. Si las adaptas a tu vida, podrás realizar todas las cosas que tú quieras en armonía con tus semejantes:

(1) Decir "Por favor". Debemos pedirle las cosas a Dios con humildad y aceptando su voluntad. De esta manera también debemos pedirle las cosas a los demás. Es muy importante que usemos la expresión "por favor". Si pedimos las cosas de buena manera, estimulamos a los demás a complacernos.

(2) Decir "¡Muchas gracias!" Debemos dar gracias por todo. Cada día de nuestras vidas Dios nos otorga miles de bendiciones y a cada momento de nuestras vidas debemos darle gracias por ser tan bondadoso y misericordioso con nosotros. Así también debemos ser agradecidos con nuestros semejantes. De esta manera, valoramos lo que hacen por nosotros.

(3) Usar siempre una sonrisa. Debemos hacerle saber a los demás que Dios vive en nosotros y que sería muy bonito que ellos vivieran esta experiencia también. La mejor forma para expresar todo esto es una sonrisa. Debemos sonreírle a todos: a nuestros padres, familiares, amigos, incluyendo personas que aun no conocemos. Así demostramos amor y nunca tendremos enemigos.

(4) Saludar y despedirnos. La Biblia esta compuesta de muchas cartas escritas por los apóstoles y por otras personas. Al leerlas encontramos que en todas ellas hay un saludo y una despedida. Estamos seguros de que no actuaban así sólo en las cartas, sino, que personalmente cuando se reunían con las hermanos y demás personas también se saludaban y se despedían. Nosotros también debemos hacer lo mismo. Es muy importante que des los buenos días, que saludes, que seas cortés y que te despidas.

(5) Pedir permiso. La obediencia es fundamental para todo. Antes de hacer cualquier cosa, debes consultarlo con Dios, ponerlo todo en sus manos y estar dispuesto a hacer su voluntad. Joven, así también debes obedecer a tus padres y notificarles cuando vayas a hacer algo importante o vayas a salir.


Espero que estas cinco reglas te ayuden a ser un mejor cristiano y a compartir y convivir mejor con los demás. Recuerda que todo lo que hagamos, y cómo actuemos, determinará cómo somos y contribuirá a la buena opinión que tengan los demás de nosotros. Al poner en práctica estas cinco reglas, ten en cuenta que todo lo bueno que adaptemos a nuestras vidas le agradará al Señor y que para vivir en armonía con los demás lo mas importante es conocer y obedecer a Dios.

viernes, 5 de junio de 2009

¿Cómo estar contento conmigo mismo?

"Cómo estar contento conmigo mismo si soy tímido, y me cuesta hablar con la gente?"
Tal pudiera ser el argumento de todos los jóvenes. Incluso de los jóvenes cristianos.
La pubertad y la adolescencia es la edad de los cambios y de los mayores conflictos. El remanso de la niñez se rompe con la violencia de una cascada en los albores de la segunda década de vida.
El joven se siente extraño en su propio cuerpo. Los movimientos le resultan torpes, y las reacciones, inesperadas. Las emociones se desgranan; los sentimientos, desconciertan; los pensamientos vuelan lejos; la voluntad se abre en mil posibilidades que lo sumen, muchas veces, en la irresolución. Los padres, y aún él mismo, se exigen más; pero las responsabilidades entregadas no siempre van acordes con su capacidad de responder a ellas. Por lo tanto, hay fracasos.
También hay falta de discernimiento y propensión a ser engañado. Fácilmente pueden construir castillos en el aire, que fácilmente también caen.
¿Qué decir de la apariencia? No hay adolescente que se sienta conforme con ella. Cada nuevo rasgo que se perfila parece ser una deformación de sí mismo, y cuesta mucho disimularlo.
Pero entonces, ¿cómo puede el adolescente cristiano estar contento consigo mismo? ¿O es que tendrá que arrastrar el mismo sinsabor que los demás?
DIOS TE FORMÓ EN LAS ENTRAÑAS DE TU MADRE
David le dice al Señor: "Tú me hiciste en el vientre de mi madre ... estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien. No fue encubierto de ti mi cuerpo, bien que en oculto fui formado ... Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas" (Salmo 139:13-16). David pudo ver que nada de lo suyo era extraño a Dios; antes bien, todas las cosas que conformaban su ser habían sido diseñadas por Él.
David alcanzó el conocimiento que puede hacer sabios a los hombres: el saber que Dios lo amó desde el principio y lo creó tal como era. Si una persona se ve a sí misma unida desde antes de su nacimiento al Dios de amor, entonces desaparecen muchas de las incertezas de su vida.
¿Puedes ver a Dios creándote en el vientre de tu madre, siguiendo "el pauteo" que estaba escrito en su libro, para cada rasgo tuyo? ¿Puedes ver a Dios decidiendo cómo sería cada rincón de tu alma y de tu cuerpo?… Aún lo más pequeño, incluso aquello que suele ser para ti objeto de vergüenza. En cada facultad de tu ser se esconde un designio de Dios, una razón de ser, algo que tiene una explicación en Dios.
Seguramente no estás conforme con tus defectos. Pero ¿y si Dios los hubiese dejado en ti para mostrar por medio de ellos su gracia, su amor, su paciencia? Tal vez, si no los tuvieras, querrías ir por las pasarelas del mundo, exhibiendo la riqueza de tu personalidad y la perfección de tu cuerpo, como hacen muchos, para perdición de sus almas. Teniéndolos, te acercas al Señor para hallar plena satisfacción en Él. Recuerda que fuimos creados para no hallar satisfacción plena sino en Dios.
Todas las cosas que fueron formadas en ti estaban escritas en el libro de Dios. ¿Cómo podrías ahora rebelarte contra aquello que Él decidió, en su amor, antes de la fundación del mundo para ti?
Por otro lado, Dios quiere que tú ames y honres a tus padres. Hay lazos que te unen a tus padres --no sólo espirituales-- sino aun síquicos y biológicos, que te ayudarán a amarlos. Al ver en ti mismo cómo los rasgos de ellos se van desplegando día tras día, año tras año, tendrás más motivos para amarlos. Porque, si bien tú eres diferente a todos los demás que pisan este planeta, en muchos aspectos ¡eres casi una réplica de tus progenitores! Es ese un vínculo que nunca se podrá romper.
Dios te ama tal como eres (con defectos y virtudes) ¿cómo podría no amarte, si Él te hizo así?
Dios te ama pese a lo que eres (tal vez con más defectos que virtudes). Ninguno de tus defectos puede sorprender al Señor. Antes bien, Él mismo quiere que los veas para que reconozcas cuánta necesidad tienes de Él.
Si asumes de verdad que Dios te formó y te ama profundamente, y que espera formar en ti a su precioso Hijo, que es el Hombre perfecto (Romanos 8:29), entonces habrás encontrado las mejores razones para estar contento contigo mismo.

Quejas de Jesus

Yo soy el camino, ,,y no me buscas
Yo soy la verdad,,, y no me crees।
Yo soy la vida,,,y no me disfrutas।
Soy tu redentor y ,,,se te olvida।
Soy tu salvador,,,y me rechazas।
Soy misericordioso,,,y siempre abusas.
Soy tu guía,,, y no me sigues.
Soy justo,,,y desconfías.
Soy amor,,,y me persigues.
Soy la luz,,,y no me miras.
Me dices: "maestro",,,y nunca aprendes.
Me dices: "pastor",,,y no me oyes.
Me dices: "señor",,,y no me obedeces
Me dices: "rey",,,y de mi te burlas.
Me llamas: "eterno",,,y no me esperas.
Me llamas: "bueno",,,y no me estimas.
Me llamas: "santo",,,y no me imitas.
Me llamas: "amigo",,,y me traicionas.
Me llamas “dulce”,,,y te repugno.
Me llamas Rico,,,y no me pides.
Te di memoria,,,y te olvidas que existo.
Te di inteligencia,,,y no me entiendes.
Te perdono,,,y más me ofendes.
Te espero,,,y nunca llegas.
Te ayudo,,,y me criticas.
Te cuido,,,y no me agradeces.
Te busco,,,y tu te escondes.
Te hablo,,,y no me escuchas.
Te doy mucho,,,y me exiges más.
Te hago fuerte,,,y te doblegas.
Te hago poderoso,,,y te esclavizas.
Te hago rico,,,y te corrompes.
Te hago pobre,,,y me maldices.
Te hago sabio,,,y me desprecias.
Te hago importante,,,y me denigras.
Te hago sano,,,y te envileces.
Te hago mi hijo,,,y no me honras.
Tuya es mi gloria,,,si la quieres.
Si eres desdichado,,,no me culpes, porqué he venido para darte todo estoy en abundancia...En fin... soy tu Dios,,y no me temes.
DIME HIJO MÍO, QUÉ MÁs
QUIERES QUE HAGA POR TI.

Jesucristo vive para siempre


¿Quién soy?
Resulta significativo que los primeros astronautas, mientras eran preparados para sus vuelos a la luna, debieron dar veinte respuestas a la pregunta: "¿Quién es usted?"
Y es que el asunto de la identidad es un intrincado problema aun para los adultos. ¿Cuánto más no lo será entre los jóvenes? Desde que nos asomamos al mundo de los grandes hemos tratado de resolver este asunto. Y la primera cosa a la cual echamos mano es a buscar héroes a los cuales imitar.
Desconcertados ante la incógnita de nuestro propio yo, procuramos cubrirnos con trocitos arrancados de otras personalidades que nos resultan atractivas. Es como armar un puzle con piezas de puzles diferentes. Por supuesto, es bastante difícil que resulte de ello algo coherente. Es así cómo muchas personas, siendo aún mayores, nunca han logrado armar una personalidad real. Es como si viviesen con rasgos, ideas y propósitos prestados, y, a veces, incoherentes.
Amado joven creyente: ¿Quién eres tú, realmente? Un hombre de Dios ha dicho: "Tú eres tres personas: Aquella que crees ser; aquella que otros piensan que eres; y aquella que Dios sabe que eres y que podrás ser por medio de Cristo".
LO QUE CREES SER
Lo más probable es que la imagen que tienes de ti mismo sea huidiza y cambiante. Ni tú mismo sabes qué y cómo eres. Y, además, no estás conforme con ella. Puede ser que en un momento estés relativamente conforme contigo, y luego, caes en el desánimo por largo tiempo.
El no estar conforme contigo mismo puede llevarte a momentos de gran depresión. Crees no estar a la altura de lo que esperan de ti, sientes que no eres digno de ser amado, y de hecho crees que no lo eres. Vienen argumentos a tu corazón que dicen que todo cuanto hagas será inútil, que no habrá una nueva oportunidad para ti, que tu problema no tiene solución. Oh, ¿quién podrá ayudarte?
LO QUE OTROS PIENSAN QUE ERES
Muy pronto te das cuenta que hay una disociación entre lo que crees ser y lo que otros piensan que eres. Así, surge la necesidad de ajustar ambas imágenes, cediendo del ser al parecer ser, o bien, buscando imponer a los demás claramente lo que crees ser.
A veces la imagen que proyectas te sirve de escudo, cuando de verdad sabes que no eres ni tan fuerte, ni tan inteligente, ni tan noble. Pero a veces ocurre lo contrario, la imagen que proyectas va en desmedro de lo que crees ser realmente. Y entonces luchas por mostrar quién realmente eres o crees ser. Sientes, o bien, que eres conceptuado muy positivamente o, al revés, que eres objeto de una tremenda injusticia.
También te darás cuenta de que esa imagen que proyectas está grandemente determinada por tu cuerpo, a veces muy a tu pesar. Como que te dan ganas de que haber tenido otro cuerpo, más afín a como tú crees que eres. Y tratas de introducir en tu cuerpo las modificaciones (aunque sea disfrazándolo) necesarias para alcanzar tu objeto.
LO QUE DIOS SABE QUE ERES Y QUE PODRÁS SER POR MEDIO DE CRISTO
Ante Dios y para Dios eres realmente lo que eres. No caben aquí falsificaciones ni hipocresías, no hay imágenes impostadas. Nada aquí es aparente; todo es real.
¿Y qué eres para Dios? Como ya has sido alcanzado por la luz de Dios, sabes perfectamente quién eres, porque Dios te lo ha mostrado por su Palabra. Tú eres un pecador, ni mejor ni peor que todos los hombres. Eres hijo de Adán, y como tal, estás destinado a la condenación. No hay mérito en ti; eres un pecador perdido. ¿Quién podrá salvarte? Tú sabes que en ti no mora el bien, que todo tu ser está inclinado al pecado. ¡Oh, qué oscuro panorama, qué desoladora realidad!
Pero eso no es todo. Dios sabe que tú has recibido a Jesucristo en el corazón. Que, reconociendo tu irreparable pecaminosidad, te has acogido a la gracia de Dios en Cristo Jesús. Entonces, ahora, la justicia de Jesucristo viene a ser tuya por la fe. Y Dios ya no te ve en ti mismo, bajo condenación eterna, sino en la bendita posición de hijo de Dios, salvo para siempre.
Así que, en ti hay una doble realidad. Hay algo que todavía conservas de tu antigua estirpe: tu alma con inclinaciones al mal, y tu cuerpo de humillación, que muestra las flaquezas de la destitución anterior. Pero también llevas mucho de la nueva creación: Un nuevo corazón, un espíritu nuevo dentro de ti, y el mismo Espíritu de Dios, que habita en él. De manera que eres, por un lado, un vaso de barro, frágil; pero, por otro, eres un magnífico tesoro dentro de ese vaso.
Esto es lo que eres hoy para Dios. Sin embargo, hay algo más. Hay algo que tú puedes llegar a ser por medio de Cristo. ¿Qué es? Dios desea que tú llegues a ser en todo semejante al Señor Jesús. ¡Qué tremendo objetivo! Para lograrlo, Dios te trata como un Padre trata a sus hijos, es decir, amándote y sometiéndote a su disciplina, para que participes de su santidad.
En tanto, el Espíritu Santo hace un doble trabajo en ti. Por un lado, está restando cosas de ti y, por otro, está agregando la vida y el carácter de Cristo. ¿Cómo lo hace? Él dispone todas las circunstancias de tu vida para que, por medio de ellas -especialmente por medio de tus sufrimientos- este bendito carácter de Cristo se vaya plasmando en ti. De modo que, en algún tiempo más, seas más y más Cristo y menos Adán.
¿No es maravilloso? Lo que eres para Dios es ¡un pecador salvado y regenerado! Lo que puedes llegar a ser es ¡nada menos que semejante a Cristo! Después de conocer estas cosas, creo que nunca más caerás en el hoyo de la depresión, ni te verás jamás desamparado. Dios te ama, y te lo demuestra claramente cada día.


































sábado, 23 de mayo de 2009

Aguila




Desarrollando el Potencial que hay en ti

DESARROLLANDO EL POTENCIAL QUE HAY EN TI

Lectura Bíblica: 1Timoteo 4: 4-16

Estas fueron algunas de las instrucciones que le dio el apóstol pablo a Timoteo. Timoteo era un joven que batallo con una personalidad tímida, reservada y una desconfianza por su juventud desafortunadamente o lamentablemente muchos que poseen este carácter o personalidad son marginados o rechazados para cumplir una tarea o responsabilidad, pero pablo vio el gran potencial que tenia Timoteo y confió en el al darle importantes responsabilidades como fue el enviarlo como su representante a corintos y aunque Timoteo no fue tan eficaz con esa labor pablo no lo rechazo sino lo conservo como compañero en sus viajes.

La lección que aprendió Timoteo fue que la juventud no es excusa para ser inútiles en el señor, y que nuestras imposibilidades no deberían impedirnos estar disponibles para Dios.

El que seamos jóvenes no nos impide servir al señor ni tampoco debería ser motivo para que nos alejemos de sus caminos sino más bien seguir las instrucciones que nos ha dejado

En el libro del profeta Jeremías 1: 4 al 10 y luego el 17 al 19

Estos versículos son para ti joven aquí el señor le dice a Jeremías que desde que lo formo en el vientre de su madre lo conoció y ya tenía destinado su futuro.

Dios desde antes que tu nazcas y te formes ya el conoce y sabe el gran ministro que tu vas hacer.

Muchas veces decimos no podemos hacer tal cosa porque no se o no tengo la capacidad o soy muy joven para lograrlo y a tu alrededor hay mucha gente que te dice no lo vas a lograr, no vas a llegar a cumplir tu propósito siempre encontraras personas que te den palabras de desanimo y negatividad. Pero Dios te está diciendo hoy si puedes si lo vas a lograr eres un campeón, eres un ministro, un profeta, un maestro, un evangelista, un pastor, un apóstol.

Dios está interesado en ti y quiere que le sirvas fielmente guardando sus mandamientos, mirando hacia delante no mires ni escuches lo negativo de otras personas si él te coloco una responsabilidad ten por seguro que él te dará las fuerzas para que resistas y nunca estarás solo.

Y el señor le hace la advertencia a Jeremías de que iban a pelear en contra de él es decir no porque sirvamos al señor todo va ir bien sin problemas y complicaciones sabemos que tendremos dificultades. Dios te dice pelearan contra ti pero te vencerán más grande es el que está contigo que el que está en el mundo

Recuerda siempre las promesas que le hizo a Jeremías. Y no olvides el gran potencial que hay en ti.

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